El Trabajo del narrador de cuentos Colombiano ha sido referenciado por el diario sevillano EL CORREO. Esta es la nota en la secciòn MAS SEVILLA...
"Contar cuentos, de los que tienen moralejas, no de los que hacen crecer la nariz como a Pinocho, es todo un arte que no muchos conocen, ¿quiere escuchar uno?Nunca se es demasiado mayor como para dejar de soñar. Jhon Ardila, un cuentacuentos profesional, y otros tantos que como él tienen alma de Peter Pan, se encargan de hacer que niños y no tan niños sueñen despiertos al menos durante unos minutos: los que duran sus historias. El joven colombiano visita hoy la Biblioteca Pública de Montequinto para relatar cuentos infantiles, pero su pasión por los pequeños relatos le hace trabajar en cualquier sitio donde se reclame algo de magia a un precio muy asequible.Millones de historias distintas pero siempre con una moraleja que invade las conciencias. Éste es el verdadero sentido de un cuento y aquel que Jhon Ardila, quiere reflejar en cada unas de sus palabras, hasta el punto de conmover y hacer que se escape alguna que otra lagrimita. "Es el momento más mágico de mi actuación, mi intención no es hacer llorar, pero sí sensibilizar al público con mi mensaje", comenta Jhon.Supo que quería ser cuentero, como tradicionalmente se conoce en Colombia a los que se dedican a este oficio, desde los doce años. Allí la tradición de contar cuentos y de que alguien pague por ello está mucho más extendida que en España. Aquí casi siempre han sido los padres los que se han ocupado de esta labor antes de ir a dormir y sin cobrar nada. Pero parece que la tónica ha cambiado, porque "cada vez son más los que demandan estos servicios", admite Jhon. Su fin es "llevar a escena textos narrativos sobre las violaciones de los derechos humanos enmarcados en un humor negro y político".A través de cuentos de invención propia como ¿Por qué no me gusta el fútbol?, o adaptando grandes clásicos como Alicia en el país de las maravillas o Los tres cerditos, muestra tanto a adultos como a los más pequeños, situaciones de racismo, discriminación o violencia de género. Un cuentacuentos debe buscar su propia identidad para llegar al público. Algunos lo hacen a través de disfraces o ayudados de objetos y música. "Yo utilizo la técnica del absurdo, pero siempre consciente de que tras el humor de mis historias, hay un mensaje", explica Jhon. Si alguna vez se ha embarcado en la aventura de contarle un cuento a su hijo, sobrino o hermano pequeño, sabrá que es de todo, menos tarea fácil. ¿La clave del éxito para ser un buen cuentacuentos? Interactuar con el grupo, escuchar sus preferencias y proponer distintos finales; en definitiva "encontrar un punto de encuentro con el que el público se sienta identificado".John Ardila ha participado en numerosos festivales, colegios, institutos y bibliotecas. Asegura que "son los niños y adolescentes los más difíciles de entretener", pero siempre que está en su mano intenta enseñarles mensajes de solidaridad, del medio ambiente o la libertad.En noviembre tiene la agenda repleta de compromisos en la ciudad, así que si quiere volver a sentirse como un niño, sígale la pista a este original cuentacuentos."
Sevilla, nov 24 de 2009